Comandante Luis Piedrabuena
- Día de la Isla de los Estados -
Nació el 24 de agosto de 1833 en Carmen de Patagones. Su acción se destaca en dos importantes aspectos: Primero como navegante extraordinario que incorporado a la Marina de Guerra alcanzó el grado de Teniente Coronel. Segundo, fue designado Comandante y Director de la Escuela de Grumetes. A su lado se formaron Jefes y Oficiales que continuarían su obra en el Sur.
Su gran capacidad como marino de raza lo llevaron a aventurarse al mar a temprana edad. A bordo de la nave “Nancy” en los mares australes, Piedrabuena prestó auxilio a veinticuatro náufragos que estaban a merced de un temporal. Pocos meses después, a bordo de la goleta “Manuelita”, que le había cedido William Smiley, en diciembre de 1958 rescató de la muerte en Punta Ninfas a la tripulación de la ballenera estadounidense “Dolphin”. En 1959 remontó el río Santa Cruz y llegó a la isla que denominó “Pavón”, la cual le fue cedida por el gobierno, y en ella instaló un reducto al que concurrirían los indios del lugar.
Continuó luego navegando por los mares patagónicos y de Tierra del Fuego. En 1860 concretó su máxima ambición: contar con su propio buque, le compró a su viejo maestro y amigo Smiley la goleta “Nancy”, que procedió a armar para defender el territorio y las costas del sur patagónico, en tanto continuaba salvando vidas.
En 1862 construyó en la Isla de los Estados, un pequeño refugio al cuidado de los hombres de su tripulación y alzó en él la bandera nacional. En uno de sus largos viajes arribó a la Bahía de San Gregorio en 1863 y trabó amistad con el cacique Casimiro Biguá, presentándolo a las autoridades nacionales que lo designaron Cacique de San Gregorio.
El gobierno nacional, teniendo en cuenta los méritos de Piedrabuena, le entregó el 2 de diciembre de 1864 los despachos de “Capitán honorario sin sueldo”.
El relato más sobresaliente se originó en el mes de marzo de 1873, cuando viajaba con la goleta “Espora” a la Isla de los Estados y fue sorprendido por un temporal que abatió su nave contra las rocas, produciéndose la pérdida de la misma. Con los restos y luego de una ardua tarea que le llevó 27 días de trabajo, construyó un pequeño cuter, al que bautizó “Luisito” y con el que regresó a Punta Arenas.
Como salvador de náufragos intervino en siete salvamentos oficiales y muchos otros no registrados. Recogiendo a más de doscientos náufragos y mereciendo recompensas y distinciones de la reina de Inglaterra, el Káiser de Alemania y el presidente de los Estados Unidos.
Como patriota ferviente es que su acción sobresale. En 1859 fundó un establecimiento comercial para el trueque de mercadería con los indios. Era el único lugar civilizado al sur de Carmen de Patagones. Desde allí enarbola el pabellón y defiende la soberanía argentina al sur del río Santa Cruz. En uno de sus viajes llega hasta el Cabo de Hornos y graba en la mole del cabo: “Aquí termina el dominio de la República Argentina”.
Hace 138 años, el 10 de agosto de 1883, el distinguido marino se aprestaba para zarpar una vez más, a bordo de una goleta de instrucción de la –entonces- Marina de Guerra, a la Isla de los estados con el propósito de establecer los faros necesarios para la navegación del “Lemaire”, región donde había surcado tantas millas, afirmando la soberanía nacional y salvando náufragos, cuando lo sorprendió la muerte a los casi 50 años.
Los diarios de la época lo destacaron por la pasión para asegurar para su patria los vastos territorios del sur Argentino. Es un hecho histórico que a los trabajos del Comandante Piedrabuena y a su patriótico anhelo se debe, en parte, la reivindicación de los territorios australes, sobre los cuales él fue el primero en llamar la atención.
Desde el año 1999 y a través de la Ley Nacional 25150 del Honorable Congreso de la Nación, fue establecido el 10 de agosto, en honor al aniversario del fallecimiento del Comandante Luis Piedrabuena, el Día Nacional de la Isla de los Estados.
A modo reflexivo, el Jefe del Arsenal Naval Puerto Belgrano, Capitán de Navío Néstor Darío Peretti expresó lo siguiente respecto a la figura y obra de quien en vida fuera el Comandante Luis Piedrabuena:
“Hoy, estamos recordando la muerte de un Prócer, que a diferencia de la mayoría de nuestros héroes, los cuales eran militares librando batallas para consolidar el destino de nuestra Patria, Piedrabuena era civil, quien con su ejemplo de cómo servir a la Patria, fue recompensado con el mayor galardón que una nación puede ofrecer a sus hijos, “ser militar”. Por ello fue nombrado Teniente Coronel de Marina.
En la coyuntura que estamos atravesando, el ejemplo de Piedrabuena se multiplica al ver cientos, miles de civiles que actúan como El, sacrificando sus intereses personales, al servicio de las necesidades del país.
Ahora nosotros, que portamos la vocación de “ser militares”, llevando intrínseco el compromiso de servir a la Patria, hasta dar nuestra vida si es necesario. Entonces, cabe interrogarnos:
¿Cómo estoy sirviendo a la Patria hoy?
¿Qué estoy haciendo por la Armada hoy?
Y de la respuesta íntima que obtengan, sabrán, si deben portar o no, el uniforme que llevan puesto.”